Ejercicios y embarazo
Muchas veces nos preguntamos qué tan efectivo y bueno sea para el bebé el ejercicio hecho por su madre.
Esto se resolvió gracias a un estudio realizado en la Universidad de Kansas City.
Según dicho estudio, se determinó que en términos generales el ejercicio de la madre no tiene riesgos para el feto y que en contrapartida podría tener efectos beneficiosos para el bebé.
El objetivo principal del estudio era evaluar la teoría de si el ejercicio materno proporciona beneficios cardiovasculares al feto y determinar si los fetos expuestos a ejercicio tienen mayores movimientos respiratorios en comparación con los no expuestos. Los movimientos respiratorios fetales son un marcador de bienestar fetal y reflejan el desarrollo funcional del sistema respiratorio y el control del sistema nervioso central.
Para averiguarlo, los investigadores, utilizaron un biomagnetómetro fetan no invasivo y con élo midieron los magnetocardiograma maternal y fetal junto con los movimientos fetales.
Examinaron los resultados de mujeres embarazadas de entre los 20 y 35 años. El MCG se realizó entre las 24 y 36 semanas de edad gestacional.
Aunque no había diferencias en el número de episodios respiratorios, se notaron diferencias entre los grupos de madres que efectuaban ejercicio regularmente y las que no lo hacían.
Los investigadores descubrieron que la tasa cardiaca era menor en el grupo de ejercicio durante la respiración y los movimientos no respiratorios. Además, la variabilidad en la tasa cardiaca global a corto plazo era superior en el grupo de ejercicio durante los movimientos respiratorios. Los resultados también mostraron que tres medidas independientes de control vagal eran superiores en los fetos expuestos al ejercicio durante los movimientos respiratorios.
Por último, los autores señalan que durante los periodos no respiratorios no había diferencias en las medidas de control vagal entre ambos grupos. Tampoco descubrieron diferencias entre ambos grupos en el control de la tasa cardiaca.
Según los investigadores, estos descubrimientos sugieren un posible beneficio del ejercicio maternal sobre el desarrollo fetal debido al vínculo entre los movimientos de respiración fetal y el sistema nervioso autonómico en desarrollo.
Esto se resolvió gracias a un estudio realizado en la Universidad de Kansas City.
Según dicho estudio, se determinó que en términos generales el ejercicio de la madre no tiene riesgos para el feto y que en contrapartida podría tener efectos beneficiosos para el bebé.
El objetivo principal del estudio era evaluar la teoría de si el ejercicio materno proporciona beneficios cardiovasculares al feto y determinar si los fetos expuestos a ejercicio tienen mayores movimientos respiratorios en comparación con los no expuestos. Los movimientos respiratorios fetales son un marcador de bienestar fetal y reflejan el desarrollo funcional del sistema respiratorio y el control del sistema nervioso central.
Para averiguarlo, los investigadores, utilizaron un biomagnetómetro fetan no invasivo y con élo midieron los magnetocardiograma maternal y fetal junto con los movimientos fetales.
Examinaron los resultados de mujeres embarazadas de entre los 20 y 35 años. El MCG se realizó entre las 24 y 36 semanas de edad gestacional.
Aunque no había diferencias en el número de episodios respiratorios, se notaron diferencias entre los grupos de madres que efectuaban ejercicio regularmente y las que no lo hacían.
Los investigadores descubrieron que la tasa cardiaca era menor en el grupo de ejercicio durante la respiración y los movimientos no respiratorios. Además, la variabilidad en la tasa cardiaca global a corto plazo era superior en el grupo de ejercicio durante los movimientos respiratorios. Los resultados también mostraron que tres medidas independientes de control vagal eran superiores en los fetos expuestos al ejercicio durante los movimientos respiratorios.
Por último, los autores señalan que durante los periodos no respiratorios no había diferencias en las medidas de control vagal entre ambos grupos. Tampoco descubrieron diferencias entre ambos grupos en el control de la tasa cardiaca.
Según los investigadores, estos descubrimientos sugieren un posible beneficio del ejercicio maternal sobre el desarrollo fetal debido al vínculo entre los movimientos de respiración fetal y el sistema nervioso autonómico en desarrollo.
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